Yerson Rivera, Orgullo de la Educación a Distancia en el Campo
“Hay momentos en que uno no aguanta, ya no puedo digo yo, pero Dios me da la fuerza y sigo adelante, porque sin Dios no viviéramos, y él es el único que nos da la vida y la fuerza”, exclamó, el joven valiente, admirable y ejemplo de superación.
En la comunidad Limones 1, a 13 kilómetros de San Nicolás, Estelí, se encuentra una casita humilde en la que habita la familia Rivera: Luz Marina, Alejandro y Yerson Rivera.
Este último, conocido por toda la comunidad por su testimonio de vida, un joven de 16 años, blanco, delgado, de 1.50 metros de altura, con manos y piernas frágiles, dañadas por llagas y ampollas, causadas por la enfermedad que padece, y que le ha causado deterioro en su delicado cuerpo.
Epidermólisis ampollar, es la enfermedad que se le diagnosticó a los tres meses de edad, cuando su madre Luz Marina, vio que la piel se le desprendía y quedaba “en carne viva” y hacía que la ropa se le quedara pegada a la piel.
“Me salen ampollas y lesiones en la piel… hay veces que no dormía por las lesiones, a la edad 5 años era más complicado y mi mamá no dormía por estarme cuidando y la ropa hay veces que la tengo que cortar”, relató Yerson.
Días y noches de desvelo, llanto y sufrimiento, son los que ha vivido con su madre y su papá, pues la grave enfermedad no le da paz, ni le permite desarrollarse como los demás jóvenes de su comunidad que pueden jugar, nadar en el río, correr o montar bicicleta.
Pero para Yerson, nada de eso ha sido motivo de aflicción en su vida, se considera un guerrero fuerte del ejército de Dios y el apoyo incondicional de su madre, lo ha motivado a ignorar su padecimiento y procurar salir adelante.
Logró aprender a tocar guitarra y piano en la iglesia evangélica que visita, y a pesar de lesionarse las manos al tocar la guitarra, no deja de hacerlo, pues cantar y tocar canciones para dedicar al padre celestial, crea regocijo y paz en su corazón.
“En los momentos difíciles siempre me trae alegría, porque él siempre desde chiquito comenzaba a tocar la guitarra y como que no se aflige por su problema”, sollozó su madre.
Luz Marina, desde hace 11 años trabaja como maestra comunitaria, en 2014 logró sacar su bachillerato con el programa Sandino II. A pesar de los días difíciles que le ha tocado vivir con su único hijo, siempre trató de animarlo y encaminarlo por las sendas del conocimiento, y fue ella quien le enseñó sus primeras letras.
Marina, comenta que Yerson siempre ha sido un niño aplicado y estudioso, y a pesar de la enfermedad, siempre ha tenido esa motivación por cumplir sus sueños.
Con mucho esfuerzo y sacrificio, este año logró formar parte de la primera generación de bachilleres de la modalidad de Secundaria a Distancia en el Campo, un logro tanto como de Yerson como de sus padres.
Cada sábado se levantaban a las 5 de la mañana para alistarse, Luz Marina se encarga de bañar a Yerson todos los días, untarle las cremas en todo su cuerpo y hacer el desayuno, mientras su padre se iba al monte a buscar el caballo que montarían para viajar 10 kilómetros hasta el Centro Educativo La Fraternidad en la comunidad Cuajiniquil.
“Habían veces que salía a las 7:30 y ya llegaba a las 8:30 a la clase, pero todos los maestros lo recibían a esa hora”, sostuvo su mamá.
“Fueron muy largos, porque cinco años andar en bestia y para ella (su mamá) estarse todo el día allá (en la escuela) ya veía agotada y yo también por estar estudiando”, relató Yerson.
El viaje era cansado, Yerson tenía que sentarse en una almohada para no lastimarse sus genitales, su madre manejaba “la bestia”, y cargaba su bolso lleno de cuadernos, para que su hijo aprendiera cada día.
Luz Marina, como fiel acompañante, pasaba todo el día en el centro, esperando a que finalizara la jornada escolar, y regresar junto a su hijo a su amado hogar.
“Cuando empezó el primer año me decían que era loca porque lo llevaba a clase, y yo decía que no, porque uno como padre se debe preocupar por sus hijos, y esto ha sido una bendición”, manifestó Luz Rivera.
Por su parte, su padre considera que la educación es el único camino de Yerson para salir adelante, puesto que la enfermedad que daña todo su cuerpo no le permite realizar trabajos del campo.
“Yo no le voy a decir anda busca ese machete y raja esta leña, toma esta hacha raja un palo, porque no puede, lo ponemos acá en la casa a hacer cosas livianas”, manifestó Alejandro Rivera, padre de Yerson.
En sus años de estudio, encontró buenas y malas personas “cuando nos ponían en grupo, algunos no les gustaba hacerse conmigo, entonces yo me hacía aparte y hacía los trabajos yo solo, triste por una parte y por otras bien, porque aunque yo los hacía solo siempre me sacaba lo que valía”, expresó Yerson.
“Yo le decía que no le pusiera mente porque de todos modos si alguien no le gusta relacionarse con uno, no puede andar de metido”, aseguró la mamá de Yerson.
Sin embargo, por cinco años luchó por alcanzar su sueño y ser un orgullo para su familia, alcanzar esta meta, es una forma de retribuirle a su madre todo el esfuerzo que ha hecho por él, para que tenga un buen porvenir.
Esta modalidad de Secundaria a Distancia en el Campo, ha dado la oportunidad de estudios no sólo a Yerson, sino a 48 estudiantes de zonas lejanas de San Nicolás, que jamás pensaron llegar a bachillerarse.
“Se le agradece al gobierno porque el dio la educación de la secundaria a distancia, (Yerson) siempre me decía: mamá vamos a ir a San Nicolás, si le decía yo, pero yo cuándo iba estarlo llevando a San Nicolás, es difícil, pero en eso se abrió la secundaria a distancia”, destacó la madre de Yerson.
“Nos dieron bicicleta, cuadernos, bolsos, lápiz y la alimentación”, detalló Yerson.
Yessenia Rayo, directora del Núcleo Educativo Rural La Fraternidad, asegura que Yerson siempre fue un estudiante aplicado, inteligente, con buenas calificaciones y un ejemplo para los demás jóvenes.
“Ahorita con la matrícula, nosotros les decimos a los demás: miren el ejemplo de Yerson que a pesar de su enfermedad lucha por sus sueños”, destacó la directora.
El día de la ceremonia de promoción, Yerson desfiló por las calles de San Nicolás, tomado de la mano de esa mujer valiente y esforzada, pilar fundamental en su vida, que también se ganó la admiración de la comunidad educativa.
En el parque central, lugar que ha sido testigo de los programas solidarios del Gobierno Sandinista, se celebró la ceremonia de promoción para los 48 bachilleres del municipio, con el lema “Y también enséñenles a leer”, del Comandante Carlos Fonseca Amador.
Los compañeros de Yerson, aseguraron que el joven es un testimonio de superación, ejemplo e inspiración para todos y todas.
“Es un chavalo ejemplar, porque a pesar de su enfermedad siguió luchando, para terminar con su quinto año y ojalá siga luchando para llegar más adelante, es inteligente, atento y le gusta socializar con los demás”, sostuvo Scarleth Dávila, compañera de clases de Yerson
“Estoy asombrado porque no pensé que él fuera a llegar hasta esta etapa, es un ejemplo para nosotros, yo le ayudaba con sus tareas, compartía cualquier cosa con él y me siento orgulloso”, aseveró Harrison Centeno, compañero de clases de Yerson.
En la promoción sus compañeros le dedicaron la ceremonia por su gran esfuerzo, y además de recibir su diploma de bachiller, fue condecorado como Orgullo de la Educación.
“Para nosotros como MINED, es una lección haber dado continuidad a la modalidad y permitir que las familias que tienen niños con problemas de salud, puedan continuar sus estudios y aprovechar estos espacios… este es un merecido reconocimiento para que pueda continuar sus estudios”, sostuvo Alina Guerrero, delegada departamental del MINED.
Con la mirada solloza, su madre le dedicó unas palabras de aliento y felicitaciones, “me siento alegre porque él ha culminado su quinto año y espero que Dios nos bendiga para que siga estudiando, que se esfuerce y sea valiente porque su Dios está con él”, exclamó Luz Rivera.
“Me siento orgulloso por sacar mi quinto año, ojalá que Dios me siga ayudando para seguir estudiando”, expresó Yerson, pues declaró que desea continuar estudiando y convertirse en doctor para ayudar a las personas de su comunidad en especial a su abuelo que ha estado mal de salud.
“Yo deseo que se le haga realidad, si él tiene ese deseo va a luchar por eso a como lo ha hecho”, indicó la directora de núcleo Yessenia Rayo.
“Tenemos un compromiso con Yerson porque él quiere estudiar medicina, y estamos valorando la idea para que se haga realidad”, aseguró la delegada departamental del MINED, Alina Guerrero.
Protagonistas como Yerson, demuestran que cuando existen las ganas todo es posible, con amor, fe y la esperanza en Dios, que los sueños si se cumplen, por ello el Ministerio de Educación, felicita a este joven Orgullo de la Educación, ejemplo de esfuerzo, dedicación, valentía e inspiración para todos los nicaragüenses.