Procura ayuda económica del Presidente de Nicaragua, José Santos Zelaya, sin obtener más que promesas. Rosario Murillo vuelve a urgirlo para que la lleve a Buenos Aires.
Continúa su intensa producción literaria en los diarios de Buenos Aires: cuentos: “Gesta Moderna”, “Un Cuento para Jeannette”, “Por el Rhim”, “La Leyenda de San Martín, Patrono de Buenos Aires”; poemas: “Balada a Leopoldo Díaz”, “Diálogo de una Mañana de Año Nuevo” y artículos literarios y de actualidad. Celebra con entusiasmo la aparición de Las Montañas del Oro de Leopoldo Lugones (El Tiempo, 26 de Noviembre).
Comienza a publicar en La Biblioteca, que dirige Paul Groussac, una novela arqueológica en el estilo de la Salambó de Flaubert: El Hombre de Oro. Da a conocer tres capítulos (V, VI, IX) a los cuales puede vincularse un texto de 1898, “La Fiesta en Roma”, pero no continúa su proyecto.